¡ÓRALE WEY!

Nadie dice que la vida sea fácil. Salimos del vientre de nuestra madre, lloramos nada más nacer, presagio de lo que nos espera. Crecemos, maduramos, sufrimos. Nadie dice que la vida sea fácil, pero puede ser emocionante si nos lo proponemos.

 

Así piensa Tessie Garduño, una joven mexicana de 20 años que estudia cine en Barcelona. Su mayor sueño es ser directora de cine, y para alcanzarlo ha tenido que dejar su amado país atrás para emprender un nuevo camino en su vida.

 

“Mi primer año de universidad en Barcelona ha sido el mejor de mi vida. Conocí gente de todos los países y aprendí de ellos, rompí los estereotipos que se tenía de cada país y aprendí a cuidarme por mí misma.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Estaba muy emocionada por venirme. Pero también tenía angustia de dejar México. Todo lo que conocía estaba ahí, mis amigos, familia, perrito Willow, cultura, costumbres, comida, etc. A veces me preguntaba si esta era la decisión correcta y tenía miedo. Pero sabía que era algo que TENÍA que hacer. No había otra opción. No podía quedarme en México, en la casa de mis padres, toda la universidad y vida hasta que conociera a un tipo mexicano con el cual casarme e irme, tener hijos y vivir mantenida sin haber descubierto el mundo. Y eso es algo que es casi costumbre en México. E irme fue la mejor decisión de mi vida.”

 

Pero los sueños, los de verdad, los que se llevan en el corazón y nos marcan para siempre, precisan de sacrificios, que son los que ponen a prueba nuestra perseverancia y fortaleza. Tessie asegura con pesar que su llegada a Barcelona fue un proceso tedioso. Tuvo que realizar la selectividad con materias que nunca había cursado, como Historia de España o Anatomía. Para ello tuvo que hincar codos seis meses antes. Finalmente, como luchadora incesante, logró que la aceptaran en la Universidad Autónoma de Barcelona. Después tuvo que pasar por el pesado proceso de burocracia con su visado (que le robó horas de sueño y estrés), encontrar alojamiento y comprar su boleto de avión.

 

“Aunque en el avión iba llorando por las cosas que había perdido,

al ver Barcelona desde el avión y todo lo que representaba para mí,

decidí que era una buena decisión y me propuse vivirla al máximo.”

 

La vila universitaria rompió con todos sus esquemas preestablecidos, le dio la impresión de estar en un recinto de relajación para vacacionar. Compartió piso con dos compañeras de piso, una joven rusa y dos mexicanas.

 

“En mi piso aprendí a convivir con gente muy diferente y a unirnos para mantener un orden en el piso, al mismo tiempo que nos hacíamos amigas. También aprendí a cocinar diversos platillos (no servían mucho los que conocía en México, por la falta de ingredientes económicos).”

 

Tessie también valora la infinidad de actividades de integración, a través de las cuales conoció a cientos de personas en sólo un semestre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Nunca antes había conocido a personas de nacionalidad diferente a la mía. Ha sido de las mejores experiencias de mi vida. Fueron las primeras veces que salí de fiesta en la vida y me gustó tanto que no paré en todo el año. ¡Incluso aprendí a organizar mis propias fiestas mexicanas!. Me di cuenta de que la gente en general ama México y sus estereotipos. Cosas que para mí me parecían normales, eran muy curiosas para los demás.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

También nos habla de sus grupos de mejores amigas, provinentes de Finlandia, Francia y Alemania. Incluso conoció el amor por primera vez en brazos de un alemán, con el que tuvo una breve pero intensa historia de amor.

 

“Lamentablemente, también aprendí a decir adiós. A acostumbrarme a que la gente se va y sigue su camino. Y también que la gente importante se queda y aunque pase el tiempo, siempre existirá esa amistad. Ahora conservo muchas de mis amistades internacionales y esto me ha permitido visitar varios países y lugares para ir a visitarlos.”

 

Tessie asegura que a pesar de vivir momentos dolorosos, todas esas experiencias la han ayudado a aprender frases nuevas de distintos idiomas y curiosidades sobre la cultura y geografía de los mismos.

 

Con respecto a la universidad, ella no tiene ninguna queja. Asegura que está muy agradecida con todos los catalanes que la ayudaron desde el primer momento a sentirse en casa. También es consciente de lo difícil que está la educación en la actualidad, por lo que aprecia sinceramente que la UAB la aceptara como una de sus alumnas y le haya ofrecido todos los servicios necesarios para estudiar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un tema que sorprendió a Tessie desde el principio y que todavía sigue sin comprender es la intolerancia tan grande que hay hacia los catalanes por parte del resto de comunidades autónomas de España. A raíz de ello se crean falsos estereotipos que menosprecian la cultura catalana y hacen que el resto de países se lo piensen dos veces antes de descubrir nuestra tierra. Gracias a su estancia, Tessie ha podido ver por ella misma que no todo es como parece ser, y que a veces es necesario ver la realidad con nuestros propios ojos para juzgar.

 

“La verdad es que el estereotipo de que los catalanes son fríos me parece que se debe a que se comparan con los andaluces, que no paran de hacer fiesta. La gente catalana que he conocido generalmente me habla en español y no sólo en catalán como se cuenta. Si que hay algunos que me siguen hablando en catalán pero posiblemente es porque están más acostumbrados a este que al español, y lo hacen más por costumbre que por molestar.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Esa seguridad de pasear sola a las 2 am, conocer a gente de diferentes partes del mundo todos los días, la pasión por el futbol, la playa, los eventos culturales, la fiesta, etc. Todo eso no podría cambiarlo, además de que es una ciudad en que se puede crecer profesionalmente y es una ciudad de artistas. El paraíso para mí.”

 

Tessie no puede dejar de recomendar a sus camaradas mexicanos – y a todos en general - que se aventuren a viajar. Principalmente a Barcelona, pero también a cualquier parte del mundo hacia la que sientan atracción.